Crítica Psicosis: cuando el terror cambió para siempre
¿Qué persona en el mundo que sepa lo que es una película no ha escuchado hablar de Psicosis? Incluso sin haber visto la película, mucha gente conoce o ha visto la famosa escena de la ducha. Y es que Psicosis es considerada una de las películas más importantes de la historia del cine, no por pocos motivos. Dentro del género de terror, es la película que parte la historia en dos. Antes de Psicosis y después de Psicosis, se tendría que organizar la cronología del cine de género. Pero su importancia no solo radica en ser considerada el proto-slasher, sino también en el tema que plantea: el acercar el terror al ámbito cotidiano. Es el gran divorcio entre el cine de terror y el fantástico. Ahora ya no hay monstruos o seres mitológicos para asustarnos. El monstruo lo llevamos los seres humanos por dentro. El asesino puede ser tu vecino, tu amigo o tu abuela. Ya no hay excepciones: todos estamos en peligro.
Pero la importancia de Psicosis transciende más allá del cine de género. Es la película que conmocionó a toda una generación, con dos plot twist que volaron la cabeza a todas y cada una de las personas que han visto esta película. Y si bien a los espectadores contemporáneos no les impacta tanto, es debido a que Psicosis ha creado tanta escuela que hemos vuelto a ver giros y argumentos calcados en cientos de películas.
A nivel de producción, Psicosis también es un hito histórico. De las películas más rentables de la historia. A Hitchcock le costó apenas 800.000 € (aunque tuvo que hipotecar su casa, porque nadie le quería financiar la producción) y recaudó más de 30 Millones de € en taquilla. La mejor inversión de su vida.
Aun así, la importancia de Psicosis no solo es fruto de su impacto histórico, sino que como obra también es una película sobresaliente. Para explicar el porqué, me voy a tomar la licencia de hablar con spoilers, porque lo más probable es que si estás leyendo esta crítica, es porque o ya la has visto, o al menos te sabes su argumento. Y si no, deja lo que estás haciendo y corre a ver Psicosis, porque créeme, no tienes nada mejor que hacer.
Me decidí a escribir esta crítica después de tener la oportunidad de poder verla en la gran pantalla en un ciclo de cine. Y lo que más me fascinó es la capacidad que tiene Hitchcock para transmitir emoción y tensión. A pesar de ya haber visto la película antes, el ver cómo el director te conduce hacia los dos grandes giros de guion (el asesinato en la ducha y la revelación final de la madre), cómo va tensando el ambiente y las cuchilladas que te clava, me puso la piel de gallina en ambas ocasiones. ¿Y cómo consigue esto Hitchcock? Principalmente con dos recursos: el lenguaje cinematográfico (composición y elección de los planos) y la excelente banda sonora y colección de sonidos compuestos por Bernard Herrmann. Estos dos elementos, normalmente los utiliza con un carácter narrativo, para que podamos ver (y sentir) más de lo que el guion está explicando. Pero generalmente ejerce tensión solamente sobre uno de los dos. Sin embargo, cuando se acercan las escenas clave, Hitchcock combina los dos de forma magistral, acelerando el ritmo del montaje y el tempo, con sonidos y planos cada vez más estridentes, para precipitar los atormentados sucesos sobre el espectador.
La actuación de Anthony Perkins es impecable. Precisamente por eso le dejó marcado para el resto de su carrera. Pero es que Norman Bates no solo es el verdadero protagonista de la historia, sino también el verdadero rostro de Psicosis. Sus miradas y sonrisas nerviosas lo dicen todo. Las conversaciones entre Marion (Janet Leigh) y Norman, el detective Milton (Martin Balsam) y Norman, y el novio de Marion, Sam (John Gavin), y Norman son junto a las dos muertes (la de la ducha y la del fantástico travelling en las escaleras) las mejores escenas de la película. Bueno, me estoy dejando una: el hundimiento del coche (que realmente forma parte de la misma secuencia que va desde la llegada de Marion al hotel hasta su salida en submarino). Esta escena es de una violencia brutal para el espectador, porque no solo hunde para siempre el motor de la primera parte de la película (el dinero robado), sino también a la que creíamos que era la protagonista, que también había sido utilizada como McGuffin. El cine noir es sepultado para abrir paso al terror. Pero Hitchcock no se conforma solo con eso. Con un pequeño amago en el que por un momento creemos que el coche no va a desaparecer del todo, hunde también nuestra inocencia para ponernos del lado del asesino. Hitchcock nos identifica con Bates.
Hay otros aspectos que también funcionan muy bien en la película. Destaca, por ejemplo, la casa de Bates. Es un elemento narrativo más, nos habla con su sola presencia. Es un misterio durante toda la película, no sabemos cómo es por dentro, y lo que es peor, quién se esconde allí. La escena en la que el detective entra en la casa es la primera vez que se nos va revelando, principalmente a través de miradas subjetivas, y la tensión crece a cada segundo que pasa en ella.
Hablemos ahora de la escena de la ducha, que es toda una obra de artesanía. 78 planos en 52 cortes de montaje que te acuchillan en tan solo 45 segundos de metraje, perfectamente orquestados con los estridentes violines, y coronada con una de las mejores transiciones por forma (del agujero de la ducha al ojo inerte) de la historia del cine. Normal que Hitchcock en alguna ocasión dijera que él solo rodó Psicosis por la escena de la ducha y que el resto le daba igual, y que tardara una semana en rodarla. No obstante, lo más sorprendente es el ingenio que utiliza Hitchcock para evitar la censura de la época. ¿Qué hubiera pasado con una escena así hoy en día? Que, debido a la liberalidad de pensamiento, hubiese caído en el absurdo, por un exceso de gore o de sexualización. Sin embargo, Hitchcock, al tener que pensarla con extra cuidado, consigue unos planos con una potenciada componente estética, sin la necesidad de explicitar la violencia y la vulnerabilidad (desnudez).
Sin embargo, no todo en Psicosis es perfecto. Lo que más molesta es la sobreexplicación del final, que nos trata como si fuéramos tontos. No obstante, este no es el único problema del guion, sino que también hay varias conveniencias (por ejemplo, que las puertas están siempre abiertas cuando alguien las necesita abrir). Aun así, estos destalles no son excesivamente importantes. Pero una pregunta que siempre me acabo haciendo al ver Psicosis (y también otras películas de Hitchcock) es ¿qué pretendía realmente esta película? Porque a veces me da la sensación de que todo el foco está puesto en impactar al espectador. Por supuesto que Hitchcock era un genio y consigue planos de gran belleza, y la película tampoco está vacía ni de ideas ni de temas. Pero sospecho que todo esto le salía de rebote o como consecuencia, y todos los esfuerzos están puestos realmente en una narrativa que sacuda al espectador. El propio Hitchcock dijo en alguna ocasión que él buscaba que el público sintiera antes de que pensara. Pero esta mentalidad corre el peligro de servir más a fines de entretenimiento que artísticos. Esto quizás explica que dentro de la película haya algunas escenas y planos muchísimo mejores que otros, seguramente porque esas escenas tienen más importancia en la narrativa. Es por este motivo que normalmente catalogo Psicosis como una obra maestra, por su impacto en el cine, incluso con muchas dotes artísticas, pero no una completa obra de arte en su totalidad.
El mensaje tampoco está del todo definido. En la primera parte salta a la vista el tema del acoso a la mujer y el machismo, pero en la segunda destaca más la enfermedad mental bajo el inocente rostro de Bates. Aun así, yo me quedo con lo que he comentado al principio: Psicosis muestra que la maldad está mucho más cerca de nosotros de lo que pensamos, que el mal es algo que se puede colar en la cotidianidad.
Bueno, espero que esta crítica semi-analítica de la película clave de la historia del cine de terror haya servido para que descubráis aspectos nuevos de Psicosis. Para los que no la hayáis visto porque el cine de terror os supera, os recomendaría encarecidamente verla. Es una muy buena película para adentrarse en el género, porque la primera mitad es un film noir, y la segunda, aunque utiliza las formas del cine de terror y en su día realmente lo fue, vista en la actualidad, muchos le veréis más “parecido” a un thriller o película de suspense.
Daniel
14/07/2024