KINDS

OF

KINDNESS

Tipos de crueldad


Crítica Kinds of Kindness: tipos de crueldad

Normalmente acostumbro a escribir críticas de las películas que más me han gustado o las que encuentro más interesantes a nivel cinematográfico. Sin embargo, en el caso de Kinds of kindenss, mi motivación es distinta. Para poneros en contexto, si me hubieseis preguntado en el 2017 mi opinión sobre Yorgos Lanthimos, os hubieses dicho sin ninguna duda que es de los cinco mejores directores del momento, y también de mis favoritos. Sin embargo, el favoritismo se perdió con La favorita, y con el estreno de Kinds of kindness (que se ha traducido como tipos de bondad/gentileza) acaba de encadenar tres películas seguidas fallidas.

Algunos me acusarán de que busco llevar la contraria, porque defendía a Lanthimos cuando la gente ni le conocía, y ahora que es una estrella de Hollywood alabada por los “grandes” críticos me pongo en su contra. Pero las cosas como son. Yorgos Lanthimos se dio a conocer en 2009 cuando estrenó Canino en el festival de Cannes (sus dos películas anteriores creo que ni los griegos las han visto). Dos años más tarde dirigió Alpes. Estas dos películas, aunque no son perfectas, ya contienen las ideas lanthimonianas por excelencia: ridiculizar actitudes del ser humano mediante la hiperbolización (exageración) de estas, hacer humor del absurdo, y la provocación. Sin embargo, el verdadero salto cualitativo lo dio en el 2015, cuando, con Langosta, consiguió añadir a estos sellos propios semánticos y temáticos un lenguaje visual y compositivo mucho más depurado (manteniendo la frialdad de la imagen y la inexpresividad de los actores propia del cine griego), trabajar con actores más profesionales, y hacer un argumento un poco más accesible. Y el momento cumbre de su carrera llegó en el 2017, cuando hizo su mejor película hasta la fecha: The killing of a sacred deer (que se tradujo mal al español como “el sacrificio de un ciervo sagrado”). Con esta película, la depuración estética llega a niveles propios de Kubrick (algún día intentaré hacer un análisis completo de esta película, porque realmente es excepcional). Sin embargo, tanto en La favorita (2018) como en Poor things (2023) se dan varios cambios que pierden parte de esencia del cine de Yorgos. Para mí los más graves son tres. El primero es el acercamiento tanto de la temática como del guion a un público más genérico (esto lo prueba también el hecho de que sus películas empiezan a recibir Oscars). Las ideas que aparecen en estas películas puede que impacten, pero no tienen la fuerza de los guiones que había escrito con Efthimis Filippou. Además, su crítica ya se empieza a alinear con ciertos ideales reconocibles y, por tanto, menos originales. La segunda es el uso de un elenco de actores de primera línea, algunos de los cuales muy expresivos (como Emma Stone) que le hacen perder la bressonianeidad y frialdad griega. Y el último es la repetición hasta el cansancio de sus sellos visuales de autor, como por ejemplo, la cámara ojo de pez, pero perdiendo el significado narrativo y estético. Poor things tiene además el problema añadido de la monotematización sexual de la película, de ahí que merecidamente se haya ganado el sobrenombre de “porn things”, cuando con un planteamiento tan interesante se podrían haber explorado varios temas más. Y ahora en 2024 llega Kinds of kindness.

La nueva película de Lanthimos trata de solucionar el primer y el tercer problema mencionados, aunque con éxito parcial. Al volver Efthimis Filippou como guionista, se nota una vuelta a la primera etapa del director que nos hace recuperar un poco la esperanza. De hecho, creo que hay rimas con algunas de estas películas. También la puesta en escena está más aplanada, lo cual hace que no sea especialmente buena, pero tampoco mala. Aun así, sigue manteniendo algunos tintes visuales lanthimonianos, y también hay planos con cierta belleza, especialmente cuando usa el blanco y negro. Pero, a pesar de haber una mejora respecto a su película anterior, el gran problema de Kinds of kindness viene de su planteamiento como película: tres relatos independientes, de casi una hora de duración cada uno, y desequilibrados en calidad. Creo que hay cierta dejadez (o prisa) en la película que, aparte de la ya mencionada simplificación compositiva, ha hecho que en vez de centrarse en transmitir su idea de forma sólida y elaborada, la haya repartido en tres más pequeñas, y que algunas incluso hacen aguas.

Creo que es necesario que nos preguntemos cómo se tiene que valorar el puzle de tres películas juntas. ¿Haciendo la media aritmética de las tres? ¿Cómo si fuera una trilogía de tres películas? ¿Pero el hecho de tener un mensaje en común no las unifica? Si el director las ha puesto juntas, ¿no será por algo? Sea como sea, yo las puntúo por separado, hago una media, y redondeo con la coherencia que hay entre ellas. Y la primera historia creo que funciona muy bien, la segunda es totalmente fallida, e incluso me desconectó de la película en algunos momentos, y la tercera se recupera, aunque no del todo.

Lo mejor de la película son sus actuaciones. Jesse Plemons está espectacular, al nivel de Colin Farrell en Langosta. Margaret Qualley también destaca sobresalientemente. Y Dafoe y Stone siempre actúan de maravilla, aunque son de un estilo distinto que no tengo muy claro que acaben de casar con la grequedad del Lanthimos de los inicios. A Hong Chau le falta un papel más arriesgado para que pueda brillar. La banda sonora, tanto sonidos como canciones, también es magnífica. Me gusta especialmente el uso del piano como signo de exclamación y los coros de voces como subrayadores inquietantes. Y por supuesto, el baile de Emma Stone es increíble. Quizás de los únicos momentos en los que la película nos deja respirar aliviados.

Sin embargo, la película tiene también unos cuantos puntos negativos. Ya he mencionado que la primera historia está muy bien, principalmente por la coherencia y cohesión entre escenas. Todo lo que aparece en este relato contribuye en buena medida al tema que plantea, y además, a pesar de la exageración, es el que se siente más cercano a la realidad y con el que mayor podemos empatizar. También es el único que presenta un intento de combatir el abuso de poder. Aunque ya sabemos cómo acaban todas las historias de Lanthimos. Y en esta narración es la única en la que me ha parecido que se utilizan las comidas realmente como reflejo emocional de los personajes. No obstante, todas las virtudes mencionadas se pierden en la segunda historia. Se mezclan varios temas que ni se cierran ni aportan nada al tema principal (que es el mismo que veíamos en La favorita, es decir, la relación entre “el amor” y el poder). Por ejemplo, ¿qué aportan aquí los temas alimenticios, la locura, el canibalismo o las relaciones abiertas? Están un poco cogidos con pinzas, y distraen e incluso desconectan. Pero lo que es peor todavía, ¿qué necesidad había de meter pornografía en la película? Estas son las cosas que realmente me molestan como espectador. Y algún despistado dirá “pero lo hace para provocar, y viendo tu reacción parece que lo ha conseguido”. Como dicen los ingleses, “no way”. Igual que la escena del perro ahorcado en los títulos de crédito o la Emma Stone chorreando sangre. Está puesto de forma gratuita y sin ningún valor argumental, para intentar repartir puñaladas a todo el mundo de forma exhaustiva. El segundo relato es un desastre en todos los sentidos. Y para que veáis lo inconexo que es, durante la primera mitad pensaba que la víctima iba a volver a ser Jesse Plemons y después resulta que es otro distinto.

A partir de aquí tengo que reconocer que mi visión de la tercera historia ya venía afectada por haber salido molesto de la segunda. Quizás si hubiese visto cada una en días diferentes, mi valoración cambiaría. Creo que el punto fuerte de la tercera es la originalidad, aunque esto la aleja también del realismo. Vale la pena no desvelar nada del argumento, ya que el factor sorprendente de la película viene en parte por su bizarrismo. Aunque el final me ha matado. Y aquí va mi objeción al mensaje global de la película. Está bien tratar temas como los abusos de poder, el someterse para creerse amado o aceptado por alguien, y hacerlo de forma provocativa maltratando a unos personajes que lo dan todo y protegiéndose con el escudo del absurdo (porque de humor cada vez hay menos). Pero no te puedes quedar con lo negativo. Odiar a la humanidad no sirve de nada. Las fábulas necesitan una moraleja. La crueldad no puede tener la última palabra, sino te estás sometiendo a ella, como en las historias que cuenta la película. ¿Dónde está la verdadera bondad? ¿No te has olvidado de ese "kind of kindness"?

Bueno, con esta reflexión creo que ya puedo cerrar la crítica a Kinds of kindness. Si me pedís opinión, creo que solo recomendaría ver la primera de las tres historias. Y luego os ponéis Langosta y The killing of a sacred deer, y con esta trilogía os quedaréis mucho más satisfechos que viendo los otros dos tipos de crueldad.


Daniel
09/07/2024