Crítica Inside Out 2: emociones más intensas
A medida que crecemos, la forma de gobernar nuestro cerebro cada vez se vuelve más compleja. Cuando somos pequeños, la dictadura autoritaria de Alegría funciona bastante bien. Al poco tiempo empiezan a brotar pequeños partidos como Ira, Asco y Miedo, que reclaman parte de sus derechos. Sin embargo, como no exigen demasiado, son buenos socios de gobierno. El primer gran problema aparece con la llegada de Tristeza, que inaugura oficialmente el bipartidismo en la cabeza de Riley, y acaba forzando una verdadera colaboración donde cada parte tiene que ceder para que las cosas funcionen. No obstante, esto solo es un anticipo del verdadero cambio que empieza con la llegada de la pubertad: la aparición de un nuevo partido, Ansiedad, que cuenta con el apoyo de otros tantos menores (Envidia, Vergüenza y Ennui, que en español vendría a ser aburrimiento o pasotismo) y que quiere acabar con todo lo que ha hecho el sistema de gobierno anterior porque piensa que solo ella sabe lo que es bueno para el funcionamiento de Riley.
Inside Out 2 ha llegado con mucha fuerza, nueve años más tarde de la primera entrega, como lo demuestran los más de 700 Millones de € recaudados en apenas 10 días que lleva en cartelera. Y es que la secuela de la que para mí es la mejor película de animación de todos los tiempos, es algo que no podía dejar indiferente a nadie. La verdad es que, por mi parte, fui al cine con más miedo que expectativas. Miedo de que pasara como acostumbra a pasar en el 99% de los casos, que las segundas partes nunca fueron buenas. Aunque intentaba aferrarme a la esperanza de que sucediera como en Toy Story, donde la segunda película está casi al nivel de la primera, y la tercera es incluso mejor. Y sorpresa: Inside Out 2 me ha gustado. Y mucho. No es fácil intentar racionalizar por qué me ha gustado tanto una película en la que me he pasado los últimos 20 minutos con los ojos como manantiales cristalinos. Es difícil ser objetivo cuando la emoción estética de una película te ha tocado tan profundamente, y más con la animación, donde las posibilidades imaginativas del lenguaje visual son tan ilimitadas, que difícilmente se pueden utilizar los cánones “objetivos” del lenguaje cinematográfico. Pero voy a intentarlo.
Creo que el punto fuerte de Inside Out 2 es que construye sobre la primera película en vez de intentar ser un reflejo de ella. No mira hacia atrás, sino hacia arriba, expande el universo con una infinidad de elementos nuevos (emociones, personajes secretos, todo lo relacionado con la personalidad…). A pesar de que el guion es muy similar al anterior (emoción nueva que lo cambia todo y manda a paseo a las emociones conservadoras, que tienen que conseguir volver y restaurar el orden), no te da la sensación de repetición, gracias a todas las novedades que ofrece. Personajes como la riñonera estilo Dora la exploradora y el héroe de videojuegos, aportan una frescura original a la cinta (aparte de permitir jugar con otros estilos de animación), con el gran acierto de aparecer pocos minutos para dejarnos con ganas de más antes de que nos cansemos de ellos. Las nuevas emociones están un poco desequilibradas. Ansiedad funciona de maravilla, y Vergüenza también, a pesar de tener menos minutos de protagonismo. Ennui está muy bien, pero apenas tiene tres segundos de gloria, y Envidia, a pesar de que se le intenta dar algún papel, creo que no aporta nada a la película. Y las emociones veteranas están todas muy bien, especialmente Alegría, que tiene el arco de personaje que más evoluciona.
La película tiene ideas geniales, y gags que funcionan a la perfección. La originalidad de introducir las creencias y personalidad, le da una fuerza emocional mayor a la película, supliendo lo que en la entrega anterior eran las islas y los recuerdos esenciales. En cuanto a la calidad de la animación, no se arriesga demasiado, solamente introduce algunos recursos innovadores respecto a Inside Out, pero con prudencia. El ya comentado uso de distintos tipos de animación (cada uno con su melodía y lenguaje asociado) funciona porque se usa en su justa medida. Más hubiera empezado a chirriar. A nivel visual y de montaje, lo mejor son los partidos de hockey, donde los planos consiguen la metamorfosis emocional. Y también hay algunos tramos finales de Alegría y Ansiedad en los que se usan recursos efectivos como curvar el fondo o jugar con los brillos y los glitches del personaje.
En esta película sí que se echa de menos el entrar en la cabeza de otros personajes (especialmente los padres de Riley). ¿Cómo han gestionado ellos las nuevas emociones de la pubertad? También hay temas propios de la adolescencia que ni siquiera se mencionan, supongo que para reservarlos para futuras películas. ¿Dónde están los chicos en Inside Out 2? Con las ganas que tenía de ver al melenas al que se le enciende la alerta de “chica” al final de la primera película, y que también aparece en el divertidísimo corto ¿La primera cita de Riley?. Espero que recuperen a este personaje. También otra cosa que se podría haber mejorado es que pasamos más tiempo dentro de la cabeza de Riley que fuera de ella. En la primera película creo que estaba más equilibrada, porque si no lo que sucede es que una historia cobra más importancia/interés que la otra, y ese desbalance puede generar desconexión entre las historias. Además, quitando el final, la carga dramática de los sucesos del campamento no es tan grande como los problemas que presentaba la primera película. Una última pega es que parece que en la vida de Riley todos los cambios suceden de forma muy rápida y precipitada, e incluso exagerada, (¡todo en dos días de campamento!). Aunque bueno, aceptamos la licencia poética porque siempre es mejor condensar de más que alargar innecesariamente una película.
Pasemos por último a comentar el mensaje que transmite la película, y ahora sí, con spoilers de los buenos. Durante los dos primeros tercios de película, parece que el tema apunta a “no dejes que la ansiedad controle tu vida”. No obstante, el último tercio presenta varios giros, especialmente en el personaje de Alegría, que cambian las cosas por completo. La secuencia del último partido de hockey es la mejor que he visto este año (por ahora). Con el derrumbe emocional de Alegría en la montaña de bolas olvidadas, ya empiezan a empujar nuestras lágrimas, que no pararán hasta después del clímax. [Como excurso, no sé si me lo pareció a mí o realmente en un momento de esta escena suenan las siete primeras notas del tema principal de Decision to Leave]. A partir de aquí empieza la crisis de ansiedad de Riley, que llega con tanta fuerza que, a pesar de que a mí nunca me ha sucedido algo parecido, viendo Inside Out 2 la sentí en mi propia carne. Con la avalancha de recuerdos reprimidos por Alegría, consiguen llegar las cuatro emociones veteranas a la central, trayendo consigo también todo aquello que había sido sepultado. Sin embargo, la única forma que tienen de detener a Ansiedad es llegando hasta su corazón, haciéndole ver que, en el fondo, lo más importante es que Riley sea ella misma, ayudarle a que consiga aquello que le hace bien, lo cual lleva a Alegría a la revelación más importante de la película: no son las emociones las que tienen que tomar el control de Riley, sino Riley la que tiene que aprender a controlar sus emociones. Este es el paso de madurez esencial que se tiene que dar en la adolescencia: aprender a canalizar las emociones, controlar todo ese potencial que llevamos por dentro para que entreguen toda su fuerza en los momentos adecuados. No somos emociones, sino que sentimos emociones. Las emociones son regalos que nos ayudan a sentir y entender nuestra vida. Pero no son las que deben tomar el control. Tiene que ser la verdadera Riley la que reclame a Alegría cuando necesita que le ayude a remontar su vida. ¿Y quién es esta verdadera Riley? Llámale personalidad, llámale convicciones, llámale alma, llámale Ser. El mensaje de la película sigue siendo el mismo.
Me parece realmente precioso que las nuevas generaciones puedan crecer con películas con mensajes tan bonitos y valiosos como los que regalan estas dos entregas de Inside Out. Porque no solo son películas que nos hacen más felices, sino que también nos pueden ayudar a entendernos, a aceptar lo que sucede dentro de nosotros y a remontar las dificultades de nuestras vidas. Es por eso que, a pesar de algún que otro error ya comentado que impide a Inside Out 2 alcanzar la perfección de la primera parte, la defenderé igualmente a capa y espada, porque sigue siendo una muy buena película que cambiará para bien las vidas de todo aquel que la vea. A ver Disney aprende y empieza a hacer más películas de este estilo. Y a ver si los políticos aprenden a ponerse de acuerdo, como las emociones en la cabeza de Riley.
Daniel
28/06/2024